La tradición tiene olor, color y muchos rostros
Fotografía: Iveth Morales
Por Oscar Sánchez
Veracruz, Ver.-El Día de Muertos en México se remonta a la época prehispánica, pero en ella se conjuga el mestizaje que se dio con la llegada de los españoles.
Aunque su origen es antes de la conquista, ya que de los 18 meses del calendario mexica, al menos seis contenían festejos dedicados a rendir culto a los difuntos, los españoles ya conmemoraban en su país a los muertos, explicó la académica del Instituto de Antropología, Lourdes Aquino Rodríguez, para Universo, espacio de difusión de la Universidad Veracruzana.
Precisó que en regiones de Castilla la Vieja y Aragón, los días 1 y 2 de noviembre, celebraban a los fieles difuntos, quienes regresaban de sus tumbas para convivir con ellos. En su honor hacían pan y vino.
Con el paso de los años, la celebración del Día de Muertos, la hizo suya, y el mundo así lo sabe y reconoce. Por eso, la UNESCO nombró en 2008 a esta festividad como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Así se vive la tradición en el estado de Veracruz:
En Tempoal, el 1 y 2 de noviembre, todos sus pobladores, vestidos de los Huehues (los viejos), se reúnen en la plaza principal para bailar con los muertos.
Con máscaras de madera artesanales llevan a cabo “la viejada”, a la que se suman turistas y curiosos que llegan cada año a esta región de la huasteca veracruzana.
En Naolinco, a 25 minutos de Xalapa, sus pobladores no duermen y durante la madrugada del 2 de noviembre asisten a “La Cantada” en el panteón de esta localidad. Además, ofrecen comida de la región a todo aquel que llegue a visitarlos.
En Zongolica es todo un ritual celebrar a sus fieles difuntos. Ahí el “Tlasojkamati”, palabra náhuatl cuyo significado es “Muchas Gracias”, representa la tradición más importante que realizan para convivir con los que ya no están aquí. Realizarán hasta el 4 de noviembre, el Xochitlalis y el Xochicoxcatl, bodas indígenas, muestra gastronómica con la presentación de exquisitos platillos y bebidas propias de la sierra.
En la región totonaca de Papantla, el Xapuway litutunaku o altar Totonaco es una herencia para las nuevas generaciones. Se trata de la elaboración del altar, siguiendo todo un ritual en el que participan todos los integrantes de la familia.
En el Puerto de Veracruz, Orizaba y Xalapa se realizaron recorridos previos al Día de Muertos , donde decenas de participantes se vistieron de catrinas, esa figura emblemática mexicana, que nos recuerda a la muerte con algarabía.